Para todos es sabido que año con año los nombres de las más famosas estrellas del fútbol, suenan para reforzar la plantilla del Real Madrid, pues la prensa madrileña todos los veranos se ha encargado de vestir de blanco a jugadores como: Villa, Cesc, Iniesta, Rooney, Maicon y si nos vamos más lejos han pensado hasta en el propio "Chicharito".
Sabemos que el Real Madrid de Don Florentino siempre se ha manejado así y que cuenta con los recursos necesarios para firmar al jugador que así le plazca, siempre y cuando el mismo jugador y las diferentes directivas estén de acuerdo, pues como "Cule" solo basta recordar la dolorosa venta de Luis Figo al equipo de Chamartín en el año 2000.
Aunque siempre he criticado el modelo de Florentino, en esta ocasión mi crítica no solo va hacia el, sino a los directivos del Atlético de Madrid que durante meses habían asegurado que el Kun Agüero era simplemente intransferible. Comprendo que el Kun tenga aspiraciones de ir a un equipo ganador, pero no termino de entender como la directiva no defiende al máximo el supuesto "pacto de caballeros" que existe entre las dos instituciones futbolísticas más importantes de la capital española.
Un pacto se define como un compromiso y fidelidad absoluta, por lo tanto si existiera dicho pacto, el Kun Agüero por más que quisiera vestir de blanco, se tendría que quedar con las ganas, ya que por un lado el Madrid (como caballero que es), debería de agradecer el interés del jugador y el Atlético a su vez tendría que darle un cordial pero al fin y al cabo un rotundo "NO" a su acérrimo rival.
Creo que a los que somos aficionados al Barça o al Madrid, no nos ha gustado ver a un Laudrup, a un Ronaldo o a un Figo, solo por mencionar algunos, vistiendo las camisetas de los dos grandes de España y que menos nos gustaría ver a un Messi o a un Iker haciendo lo mismo. Es por eso que comprendo la enorme indignación que en estos momentos debe de estar sintiendo la afición rojiblanca que domingo a domingo esta a muerte con su equipo, cosa que desgraciadamente a su directiva le interesa muy poco y que ante todo, interpone los intereses económicos antes de cualquier otra cosa.
